Pacheco: José Emilio
A MARES LLUEVE
SOBRE EL MAR
Texto de Laura Emilia Pacheco
Ilustraciones de Mario Rosales
Llegué aquí, como ocurre con todos nosotros, por una serie de coincidencias,
realidades, eventos, circunstancias y azares que podrían rastrearse hasta el
principio de los tiempos. Todos tenemos nuestra propia historia, distinta a la
de los demás, porque cada uno de nosotros es irrepetible.
Puede decirse que la mía comienza cuando, muy pequeño, conocí a José
Emilio. A primera vista no pensé que podría llevarme bien con él. Me pareció
algo tímido, distraído. Siempre inmerso en la lectura de un libro, sentado ante
la máquina de escribir —y después, frente a la computadora— terminando un
artículo; apoyado sobre su codo izquierdo, con manchones de tinta en algunos
de los dedos de la mano derecha. Siempre usa pluma fuente para escribir sus
poemas. Solo lo hace de noche para no molestar a los vecinos con el ruido
de las teclas de la máquina de escribir y, aun cuando desde hace mucho usa
computadora —que casi no hace ruido—, se le quedó la costumbre de escribir
su poesía mientras el mundo duerme, no suena el teléfono y nadie llama a la
puerta. No sé ustedes, pero a mí me cuesta mucho trabajo concentrarme y lo
peor que me puede suceder cuando estoy ocupado es, justamente, pararme a