Primera edición
D. R. © 2019, Irma Flores
ISBN 978-607-8676-01-9
Editorial Página Seis, S. A. de C. V.
Teotihuacan 345, Ciudad del Sol
C. P. 45050, Zapopan, Jalisco.
Tel. 52 (33) 3657 3786 y 3657 5045
www.pagina6.com.mx
Hecho en México / Made in Mexico
Prólogo
Qué decir de Irma Flores y de su segundo libro El Camino. Hablar de ella es hablar de su mismo libro, porque es la honesta radiografía de lo que ella ha vivido. Es casi una autobiografía poética. Son pinceladas, a veces desgarradoras, de su vida diaria y de su vida metafísica. Es también el vivo reflejo de lo que viven y sienten muchísimas mujeres, amas de casa.
Mujer sencilla, difícil de descifrar, pero que se va develando poco a poco con el trato diario. Mujer enigmática y polifacética, decidida y altruista. Ha tenido, desde su niñez, el anhelo por superarse. Aventurera, emprendedora e intensa, viviendo y grabando cada momento en su mente fotográfica.
Su misma historia personal, para quienes la conocemos, es un camino lleno de flores, como su apellido, y tal vez mucho más de abrojos, que hoy nos revela.
Su don innato para escribir prosa y verso es espontáneo, auténtico, natural, porque es la vivencia acumulada de otras vidas. Irma es tan modesta que ella atribuye el mérito a un espíritu que guía su pluma.
Su primer libro, Solo un sueño, nos reveló su talento recibido de Dios sabe dónde, como ella afirma, e hizo explosión en este libro de poemas, diseñado para apaciguar e inquietar el alma; para decir con honestidad aquello que tal vez muchos no nos atrevemos a contar.
Ella se descubrió a sí misma como escritora de manera insólita: fue necesario un “golpe en la piedra”, como Moisés en el desierto, para que el torrente de agua fresca manara a borbotones. Confiesa Irma: “Poeta no me he sentido, mas escribo por placer situaciones dolorosas, alegres, chuscas también. He mentido por olvido, callado por omisión; no soy una pera en dulce ni un torrente de pasión”.
Sin embargo, se necesitó algo más que un accidente para mostrar tal talento: preparación, tenacidad, paciencia y vivencias miles para percibir con otros ojos lo que comúnmente vemos como rutinario y vulgar. Se necesitó que el pensamiento y el alma, juntos, impulsaran al espíritu para expresar de forma bella la grandeza de lo cotidiano.
El poema “El mugroso” es una prueba de ello. Es el lenguaje invisible que plasma en rítmicos versos, lo vulgar dicho de manera poética y elegante.
Compostela, Nayarit, fue el punto de partida de este largo caminar para que Irma traspasara fronteras físicas, emocionales y espirituales, y fuera grabando en su memoria de niña los recuerdos de su abuelo, de su tierra y de su vida.
Los roles personales combinados con las situaciones empresariales hicieron posible que las facetas de ama de casa, madre, esposa, hija, emprendedora, se magnificaran, dejando estelas por el camino.
Estelas o cicatrices de emociones variadas: soledad, hastío, entrega, nobleza, infidelidad, perdón; carnaval de emociones, festín de recuerdos. Ahora no me cabe la menor duda: ser bella no es garantía de felicidad, pues detrás de una bella figura se encuentra un corazón restaurado.
Así conduce Irma nuestra alma por el camino, encontrando atardeceres y superando noches invernales. Alma errante, espíritu cautivo, que ha encontrado el camino a fuerza de perderse en los atajos.
Poetiza con alma de madre, esposa, amiga, ama de casa, sin considerarse heroína.
En mis años de tratar con damas en los grupos de apoyo, no había visto una visión tan clara de lo que siente una ama de casa en la silenciosa tarea rutinaria de su hogar.
Se necesita honestidad para abrir el alma, como se necesita valor para tomar una medicina amarga. Nos lleva a sentirnos solidarios y rectificar el camino para reconocer el gran valor que implica ser madre, esposa, ama de casa, amante. Hay que leerlo con calma y releerlo con pasión, pues muchas de nuestras propias experiencias están ahí evidenciadas, de manera poética y profunda.
Toda una vida recopilando emociones, documentando vivencias pacientemente, destacando con lupa la grandeza que representa ser incomprendida.
Hice una lista para decidir cuál de los 70 poemas me impactó más. “Futuro muy lejano”, “Aguantando vivir”, “Bajo las sábanas”, “Ahora que estás grande”, “Alguien”, “Ama de Casa”, “Fin”, “Entre 50 y 60” y “Felicidad” me dejaron el alma doliente y desgarrada. De las 10 historias, Marfan, será un nombre que jamás olvidarás.
Deseo que este segundo peldaño como poeta la impulse a publicar todas sus obras inéditas y la catapulte a los primeros sitios como escritora.
Lic. Juan José Neri
Conferencista y escritor
Agradecimientos
A mi mamá, por darme la vida.
A Teresa, mi hermana, por regalarme mi primera computadora.
A mi esposo, por su paciencia.
A mis hijos, por ser parte de mi vida.
A Jason, porque sin su valiosa colaboración este libro no existiría.
Escribir poemas e historias basadas en una frase me puso a soñar. La familia y amigos comenzaron a platicarme sus penas y alegrías, y así poco a poco comenzó a germinarse esta obra. No quisiera pasar por alto que todos los protagonistas de las historias narradas en este libro decidieron permanecer anónimos; sin embargo, mi agradecimiento a todos y todas por compartir sus vidas es infinito.
Introducción
Poco después de tener un accidente donde me golpeé la cabeza, comencé a escribir de una forma extraña, siempre tuve la certeza de que alguien me dictaba.
Estudié en la escuela de escritores para aprender a corregir mis textos y poco a poco todo fue tomando forma. Todas las personas en mi entorno con una sola palabra o hecho me inspiraron un poema, una historia o una canción.
Mi vida entera está narrada en cada una de las palabras escritas. Al leer mi historia en forma de cuento, poema, monólogo o canción, estoy segura, querido lector, de que usted se identificará con alguno de los personajes aquí descritos, ya que la humanidad somos esto: amor, destino, ilusión, valor, enfermedad, fe, Dios, familia, soledad, tristeza, ego, rencor, etcétera.
Humildemente dedico esta obra a todas las personas del mundo.
A mi hija
Recuerdo que me dijiste algún día
Que escribiera un poema para ti
Y yo te contesté que sí lo haría
Cuando tuvieras un error que compartir
El tiempo ha pasado y no pude
Porque no existe nada malo en ti
Mas las noches que pasé junto a tu cama
Mirando cuántas veces respirabas
Me hicieron escribir algo de ti
No importan los momentos que esto dure
Pero el tiempo que sea lo viviré
Daré gracias a Dios porque te enviara
A ser parte de mí, de mi vivir
Y si el final llegara de repente
Aquí seguiré, cerca de ti
No te duela que dejes ni que esperes
Lo importante es vivir
El día hasta el fin
Nunca añores lo bueno que tuviste
Ni reniegues por ver tus días frustrados
Es mejor dejar huella a cada paso
Que ambicionar futuros inventados
Las noches que te observo mientras duermes
Que te bendigo y rezo por tu bien
Le ruego yo a Él, que todo puede
Me acompañes al fin de mi existir
Cuando esté frente a Él, daré las gracias
Porque te enviará a ti a hacer de mí
Como un ser superior por darte vida
Gracias, hija, por ser… eso de mí.
Además de amor
¿Nos vamos ya?
¿Nos cansamos de amarnos?
¡No!
Pero es que se hace tarde
Para ir a trabajar
Yo un día creí
Que la buena pareja
La hacían dos amantes
Yo también lo pensé
¿Pero qué crees ahora?
Que el ruido de los niños
El miedo de que escuchen
O el olor a comida
¡No! Creo que es el hastío
De la misma rutina
El mismo horario siempre
Para hacer el amor
¿Y qué crees ahora?
Que el horario lo hacemos, que los niños no están
Y pronto va a volver a ser de noche
¿Crees que durará el amor que sentimos?
Eso le pido a Dios, que siga siempre así
Por una eternidad
Luego lo discutimos, porque ve…
Ahora se hace tarde para ir a trabajar.
Adiós
Aunque estoy al final
De esto de nombre vida
Me pregunto si el mundo
Entiende tus designios
Se termina mi tiempo
Y al final yo recuerdo
Cuánto daño me hiciste
Cuánto rencor yo tengo
Vida, ¿debo o me debes?
Por mi tiempo fallido
Vida, ¿debo o me debes?
El haberme elegido
No sé si agradecerte el que me hayas traído
No sé si reprocharte estar aquí contigo
Siempre fui un libro abierto
No oculté mi destino
Lo que no supo nadie
Es que nunca he mentido
Siempre fui original
Nunca imité al vecino
Y eso fue lo más malo,
Fue lo peor que yo he sido
Y eso fue un gran pecado
Lo justo no fue bueno
Fue malo que yo diera
Sin esperar un premio
No sé si ya existiera
Lo que hubiera querido
O no fue este mi tiempo
En el que yo he nacido
Ya me estoy yendo, vida
Ya se está terminando
El trago tan amargo
De estar aquí contigo
Vida, voy a dejarte
Ya voy a descansar
Hoy comienza mi muerte
Solo falta un suspiro
Adiós a todo el mundo
Adiós a todos mis amigos
Hoy me encuentro aquí sola
Voy llegando al ocaso
Se acabó mi camino.
Aguantando a vivir
Andaba yo vagando
Llorando me encontraba
Pasaban mil personas
Ninguna me miraba
Todos tienen quehaceres
Todos miran al cielo
A Dios le piden todo
Creen que pueden hacerlo
Yo qué puedo pedirte,
Dios, si todo lo tengo
Libre albedrío me diste
Tengo manos… cerebro
Tú me has dado ilusiones
Tú me has dado consuelo
Contigo tengo todo
Mas, si llegase al cielo
Perdóname, señor, la pena que te doy
Qué voy a hacer si tengo
Resentimiento y miedo
Coraje con la vida
Por el mal que me ha hecho
Nunca he tenido envidia
Nunca he sentido celos
Nunca amigos yo tuve
No me importó tenerlos
Mientras tanto, señor,
Ayúdame a seguir
Soportando rutinas
Aguantando vivir
Voy a seguir vagando
Voy a seguir llorando
Mientras tú me recoges
Yo… seguiré penando.
Ahora que estás grande
Las dos de la mañana
Y un dolor muy fuerte
Me despertó de pronto
Parecía que por fin
La hora había llegado
Continuas contracciones
Me hacían casi gritar
Pero contenta estaba
La espera terminaba
El día que te vi
No lo puedo decir
Pero estabas allí
Una parte de mí
Cuando fuiste a la escuela
No querías quedarte, llorabas sin consuelo
Y yo, sin que me vieras,
Lagrimas derramé, del dolor de dejarte
Y ahora que te veo, tu mirada tan dura
Refleja tu interior
Yo sé, sientes rencor
Por no estar a mi lado
Mas si supieras, hijo,
Si pudieras mirar
Adentro de mi ser
Tal vez podrías ver
Mi corazón partido en millares de añicos
Uno, por cada vez que tuve que dejarte
Para ir a trabajar
Deseaba que tuvieras
Lo que a mí me faltó
Pero tal vez no supe
Demostrar mi cariño
Estaba tan cansada
Que no hablaba contigo
Y hoy, hoy que ya es tarde
Ahora que estás grande
Recuerdo que de niño
Me decías llorando
Mami, hoy no trabajes
Quédate aquí conmigo
Yo me iba sufriendo
Pensando si al volver
Te encontraría despierto
Pero fui fuerte, sabes,
Recuerdo cierto día que dijiste alarmado
Mami, mami, ¿es cierto
Que tú sabes llorar?
Ni de eso tuve tiempo, de que vieras mi llanto
No soy un robot, hijo,
Solo soy… tu mamá
Por eso fui exigente
Quería que tú entendieras
Que era como el mástil
Que sostendría tus velas
Pero me equivoqué
Mi condición de ser
Y mi autenticidad
Cambiaste por dureza
Ahora que creciste
Te quiero recordar
Nunca fui un roble, hijo,
Yo también sé llorar.
Al terminar el día
Los surcos de los días
Se confunden con las curvas
De la noche
Mientras que pétalos de rosa
Se marchitan y se secan, se secan, se marchitan
Y preparan para convertirse en polvo
La alegre primavera comienza
Poco a poco a retirarse
Porque el invierno gris
Comienza a aproximarse
Mientras el otoño seco
Colma a los bosques de despojo
El verano fugaz pasa de pronto
Un halo de experiencia
Me invita a comprobar
Que el día terminó
Y esta noche, es tan oscura
Que ya no vuelve más a amanecer.
Al terminar el sendero
Qué fue lo que nos pasó
Cuando éramos tan
Felices, o eras tú
O era yo, pero vivíamos sonriendo
Ahora, tiempo después,
Los dolores afloraron
Que necesito tener
De regreso mi cabello
Pero eso no volverá
Al igual que mis abuelos
Y hoy que ya soy mayor
A la vida yo me apego
Pero ya falta muy poco
Y termino mi sendero
Los dientes, ya se cayeron
Y más pequeño me veo
Mi mirada ya sin brillo
Porque cada día veo menos
Pero es la ley de la vida
Pero ya no tengo miedo, lo que pase… escrito está.