No_Mas_Excusas_KINDLE.jpg

NO MÁS EXCUSAS

Iván Ojanguren

A mi «yo» del pasado, por tantos objetivos de los que me siento profundamente agradecido.

No más excusas

Nos encanta ponernos excusas. Nos encanta tirar balones fuera y justificar nuestra situación (sobre todo si no estamos conformes) culpabilizando a otras entidades que están «ahí fuera»: personas, sistema, modelo económico, sistema educativo, familia, políticos, etc. Del mismo modo, solemos ser muy dados a encontrar razonamientos para tratar de explicar el porqué del lugar en el que nos encontramos, aunque no estemos en absoluto cómodos con nuestra situación: «Es lo que hay», «No valgo para eso», «Es imposible hacerlo en este país», «Todo es complicado», «Tengo mala suerte», «Es muy difícil», etc.

Si te sientes identificado en parte o en todo con el párrafo anterior te invito encarecidamente a que sigas leyendo.

Lo primero que te diría: estás bien. Es muy humano echar las culpas de tu situación a algo que no seas «tú». En serio. La cuestión aquí es: ¿te ayuda en algún aspecto quejarte por tu mala suerte? ¿Eres una persona más feliz o más sabia haciendo eso? ¿Se convierte el mundo en un lugar mejor pensando de ese modo?

Mira, soy una persona práctica. Me gusta invertir mi energía, mis pensamientos y mis actos solo en aquello que hace que mi vida y mi entorno se eleven. Así, a la hora de albergar un pensamiento o preocupación en mi cabeza pienso: «Invertir energía en esto, ¿me va a aportar algún tipo de beneficio en el futuro?»; si la respuesta es «sí» lo mantengo, si no, simplemente lo desecho y paso a otra cosa. En este sentido, me ayuda pensar que en un medio plazo soy dueño de la situación en la que me encuentro y que tengo o puedo conseguir los recursos que necesito para alcanzar mis metas. Esta es la buena noticia: si llegas a la conclusión de que tú mismo te has puesto donde te encuentras, significa que tú también puedes elegir dónde quieres estar en el futuro. Adiós victimismo. Hola responsabilidad.

Lo que tienes en tus manos es un libro de magia. En serio. Un libro con los conjuros, los hechizos, la filosofía, las herramientas y la metodología que harán que tus próximos objetivos sean pan comido. Tal vez creas que estoy siendo un poco exagerado: nada más lejos de la realidad. Te garantizo que si sigues todo lo expuesto a lo largo de las siguientes páginas (todo, sin excepciones) no habrá objetivo que se te resista. De corazón. Si sigues a pies juntillas lo que estás a punto de leer y no consigues tu próximo objetivo tienes mi permiso para contactarme y te devolveré hasta el último céntimo que hayas invertido en este escrito. ¿Qué vas a aprender con este libro?

Este libro no pretende decirte qué es importante en tu vida; ni mucho menos te dirá qué tienes que hacer para conseguirlo. Todas las herramientas que estás a punto de descubrir han sido ideadas con un fin grandioso: que tú llegues a tus propias conclusiones. A lo largo de las siguientes páginas irás conociéndote mejor e irás sabiendo qué quieres, qué tienes que hacer para alcanzarlo y lo más importante: para qué lo quieres. Toda la información saldrá de ti mismo.

Mira, creo en la acción. Creo en el poder del «hacer». Por eso me he dejado la piel en hacer un texto eminentemente práctico y cargado de herramientas; también te iré poniendo ejemplos sobre la marcha y en el capítulo final, además, encontrarás un caso real para que veas en acción las herramientas que estás a punto de descubrir.

Del mismo modo, todas y cada una de las reflexiones y estrategias que encontrarás en las siguientes líneas derivarán de forma irremediable en tareas que tendrás que llevar a cabo para conseguir tu objetivo. Anota todas esas tareas ya que las utilizarás para hacer tu plan de acción personalizado y absolutamente infalible.

El orden del libro no está escrito al azar. Desde un punto de vista metodológico es de suma importancia que leas el contenido (y lo apliques, claro) en el orden expuesto. Así, te invito a que sigas el orden establecido ya que asegurarás el éxito (y la efectividad) de cada una de las herramientas que te iré mostrando. En este sentido tal vez pienses que ya tienes un objetivo en mente y quieras pasar directamente al capítulo de «Motivación» o «Plan de acción». No lo hagas. De verdad. Pasa tu objetivo por todos los filtros previos pues si no lo haces corres el riesgo de no conseguirlo y eso no es lo que queremos.

Me gustaría hacer un último apunte antes de comenzar el viaje juntos: sé que tenemos vidas ajetreadas y que somos muy exigentes en cuanto a qué dedicamos nuestro tiempo, ese bien valioso, preciado y finito; personalmente no me gusta invertir mi energía en cuestiones que no eleven mi vida en algún aspecto ya que soy consciente de que mi tiempo es el único activo que no puedo reciclar. Del mismo modo también soy consciente de que muchas veces reclamamos soluciones rápidas y sencillas para todas las situaciones de nuestra vida, incluyendo aquellas que se pueden considerar «complejas»… y esto último no siempre es posible. Algunas situaciones requieren un mínimo de tiempo y para bien o para mal, ese mínimo no siempre es sinónimo de «poco» o «inmediato».

El siglo XXI ha traído la era de la información, la era de la conexión inmediata y de disponer de todo sin perder tiempo. No tengo nada en contra de esto, al contrario: me parece maravilloso que hoy pueda invertir ocho horas donde antes invertía treinta y cinco para conseguir el mismo resultado; al mismo tiempo la era tecnológica nos ha condicionado a la inmediatez, a la necesidad de conseguirlo todo aquí y ahora. Cada vez más empresas prometen enviarte productos a casa en menos tiempo, aplicaciones que prometen que invertirás menos tiempo en aprender una destreza o medicamentos que te quitarán más síntomas de tu enfermedad, más rápido y durante más tiempo. ¿Por qué te digo esto? Este libro está lleno de herramientas y algunas de ellas te harán pensar y profundizar en aspectos de tu vida que posiblemente ni siquiera te habías planteado antes; este libro está diseñado para que eleves tu vida al siguiente nivel y para ello tal vez tengas que pararte un poco más de lo que estás acostumbrado; claro, tendrás que empezar a hacer algo distinto si quieres obtener resultados diferentes. Si no estás dispuesto a invertir en ti mismo para vivir la vida que quieres vivir, o si no estás dispuesto a hacer algo diferente a lo que estás acostumbrado para conseguir aquello que anhelas, lo mejor es que busques otro tipo de escritos que se adapten mejor a ti. Entiendo que si estás leyendo estas líneas es porque te vas a dar la oportunidad de agarrar el timón de tu vida y poner rumbo allá donde tú elijas; entiendo que estás dispuesto a dedicarle la energía y el tiempo necesarios a tu autoconocimiento y a tu realización personal a través de la consecución de tus objetivos.

Mi compromiso es acompañarte durante todo el viaje. Mi empeño será el de animarte para que entiendas la importancia y la relevancia de cada herramienta propuesta. Mi meta, en definitiva, es verte con tus objetivos cumplidos. Te garantizo que cada instante que inviertas en este libro está profundamente justificado; la efectividad de la metodología propuesta ha sido validada y comprobada por centenares de personas que han pasado por mis manos, así como por miles de coaches que la utilizan en su día a día con éxito. No dejar espacio para tirar la toalla: ese es mi compromiso contigo.

Todo lo que estás a punto de leer está basado en dos disciplinas: el coaching, concretamente la metodología planteada por la ICC (International Coaching Community), y la Programación Neurolingüística, más conocida como PNL. Al final del libro encontrarás un glosario de términos así como bibliografía recomendada por si quieres profundizar en alguno de los temas expuestos.

Que comience la magia.

Cómo leer este libro

Tienes en tus manos el manual que te indicará el camino para conseguir tu próximo objetivo; como toda guía, tiene algunos pasos que deberás seguir en el orden propuesto. Así, el libro está dividido en tres partes más una accesoria en la que te mostraré un caso práctico.

Como te comentaba, es fundamental que al menos sigas el orden establecido en las dos primeras partes; si no lo haces, corres el riesgo de restar efectividad a las herramientas. Una vez te familiarices con la metodología propuesta puede que quieras aplicar de manera aislada ejercicios en tu día a día a tu discreción; de hecho, así lo hago yo. No obstante si es la primera vez que lees este libro, te invito a que simplemente te dejes guiar; es decir, sigue el orden propuesto pues necesitarás tener una idea general de la metodología antes de poder aplicar las herramientas que la componen por separado.

Así, en la primera parte, «Define lo esencial», descubrirás qué es más prioritario en tu vida en estos momentos a través de la herramienta «La rueda de la vida»; también pulirás y darás forma a tu objetivo a través de la herramienta E.M.Po.Dé.R.A.T.E.®, asegurándote de que eso que quieres es efectivamente lo que anhelas; una vez tengamos una idea profundamente clara, sensata y equilibrada de lo que quieres, será el momento de encontrar esa energía interna que te empujará a comenzar el viaje hacia tu objetivo: la motivación. Te daré por lo tanto una herramienta fantástica para que entiendas para qué quieres conseguir tu objetivo y puedas mantenerte motivado durante todo el camino.

En la segunda parte, «Manos a la obra», descubrirás qué obstáculos se interponen entre tu objetivo y tú, bien sean obstáculos externos (dinero, tiempo, destrezas que no tienes, etc.), bien obstáculos internos o «creencias limitantes» (pensamientos que de algún modo boicotean el logro de tu objetivo). Te daré herramientas para que puedas superar dichos obstáculos y también para que consigas todos los recursos necesarios para conseguir tu objetivo. Aquí también te daré pautas precisas para que ordenes toda la información y crees un plan de acción ganador sin espacio para el fracaso.

En la tercera parte, «Tirar la toalla NO es una opción», te presentaré una colección de hasta quince estrategias, herramientas y reflexiones que te ayudarán a caminar con paso firme hacia tus metas. Dependiendo de la complejidad de tu objetivo tal vez necesites aplicar todo lo expuesto en este apartado o solo algunos de los ejercicios o refuerzos propuestos. Tú mandas; eso sí, te invito a que lo descubras todo ya que en mi experiencia estos «extras» muchas veces marcan la diferencia.

La parte final es un caso práctico. Te presentaré muchas de las herramientas contextualizadas en un verdadero objetivo para que las veas en funcionamiento y te ayuden a comprender qué se supone que tienes que conseguir tras aplicarlas. Te invito a que recurras a este caso práctico siempre que te sientas bloqueado o con hambre de mejorar el entendimiento de algún concepto o herramienta en particular.

Como te decía: mi empeño ha sido hacer un texto cercano, ameno, amable (a veces retador) y práctico. Deseo con todo el corazón que las próximas páginas te ayuden a levantarte por las mañanas con ganas de comerte el mundo, con ganas de ser más «tú mismo» a través de la consecución de todo eso que quieres y anhelas.

Buen viaje.

Primera parte Define lo esencial

En este capítulo:

–Minimo de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? –preguntó Alicia.–Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar –dijo el gato.–No me importa mucho el sitio... –dijo Alicia.–Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes –dijo el gato.–...siempre que llegue a alguna parte –añadió Alicia como explicación.–¡Oh, siempre llegarás a alguna parte –aseguró el gato–, si caminas lo bastante!

Alicia en el país de las maravillas, Lewis Carroll

¿Para qué sirve un objetivo?

¿Alguna vez te has preguntado por qué son tan importantes los objetivos? ¿Sabes por qué estamos constantemente planteándonos nuevas metas?

Los objetivos son la herramienta básica de crecimiento personal. Estableciendo objetivos conseguimos aquello que en cada momento sentimos que es importante para nosotros; importante desde un punto de vista de la supervivencia (como tener poder adquisitivo o mejorar la salud) o del desarrollo personal (como aprender un idioma). También nos gusta plantearnos objetivos que nos conectan con el resto de personas en particular y con el mundo en general (como pasar más tiempo con la familia).

Es decir, los objetivos nos permiten realizarnos y expresarnos en el mundo como realmente somos. Tener metas nos ayuda a dar un cariz real a lo que anhelamos como personas y nos ayuda a salir ahí fuera todos los días de modo que sepamos que estamos viviendo acorde a quiénes somos, caminando en la dirección adecuada.

«Los objetivos son la herramienta básica de crecimiento: nos permiten realizarnos y expresarnos en el mundo como realmente somos».

Otra característica de los objetivos es que están íntimamente relacionados con nuestra situación vital actual. Así, el mismo objetivo puede tener sentido para ti y solo para ti (tal vez no sea tan importante para otra persona en este mismo instante) y además, solo cumple su función en el momento concreto en el que te lo planteas (el mismo objetivo planteado en tu vida hace cinco años tal vez no hubiera tenido sentido).

Además, los objetivos son dinámicos, cambiantes y se están transformando constantemente a la par que nuestra vida y circunstancias se transforman. Así, un objetivo a medio o largo plazo puede que sufra transformaciones de manera natural; tiene sentido, si no, no sería de utilidad.

Podríamos concluir que los objetivos nos llevan de un «yo actual» a un «yo futuro» donde, gracias a todo lo bueno que nos proporciona el objetivo, estamos en un lugar vital más elevado, más desarrollado, más evolucionado. En este lugar futuro somos capaces de comprender nuestra realidad de mejor forma y pensar incluso en objetivos futuros inimaginables cuando estábamos en nuestro «yo» pasado. Los objetivos son nuestro medio de transporte para ir a ese «yo» deseado en el futuro.

Luego las metas solo son medios de transporte. Esto tiene una importancia tremenda, crítica, diría: un objetivo no es un fin en sí mismo. Un objetivo por sí solo no vale nada. Las metas sirven porque en ese momento determinado sentimos que nos ayudan a construir un futuro donde cosas buenas pasan, donde estamos mejor. Lo que tiene verdadera importancia es lo que consigues consiguiendo tu objetivo; o, como veremos más adelante, también es absolutamente crucial vivir el viaje de manera intensa y apasionada de modo que lo importante también es lo que consigues caminando hacia tu objetivo.

Te invito a que hagas un ejercicio muy rápido: durante los próximos quince segundos imagínate cómo sería tu vida sin objetivos. Es decir, imagina que tu vida permaneciese tal y como está ahora sin cambios de ningún tipo hasta el fin de tus días.

En serio, imagínatelo. ¡No sigas leyendo hasta que no te lo hayas imaginado!

¿Qué has sentido? ¿Tendría algún sentido tu existencia? Me atrevería a decir que desde un punto de vista técnico te has hecho un harakiri, un suicidio emocional, un estancamiento vital. Estás vivo pero te pareces a un ser humano tanto como esa planta que tienes en tu casa se parece a ti. Por eso es tan importante tener siempre buenos objetivos que nos conecten con nosotros mismos y con el mundo: nos hace sentirnos vivos, nos conecta con algo intangible (el para qué de nuestro objetivo) pero que marca la diferencia en nuestras vidas.

Esto me lleva a otra reflexión que quiero compartir contigo: siempre tenemos objetivos. Es así. En todo momento estamos con algo en mente que queremos conseguir, que anhelamos. En todo momento queremos siempre más de algo. De hecho no conozco a nadie que se sienta absolutamente realizado sin metas en el horizonte (y sin intención de tenerlas). Si conoces a alguien así, preséntamelo, por favor.

Hay algo de lo que me gustaría hablarte: el sacrificio. Se habla mucho hoy en día sobre la cultura del esfuerzo y de que el sacrificio no solo es bueno sino deseable; es como si para tener derecho a que la vida te sonría primero tienes que haberte sacrificado hasta la saciedad para tener derecho a algo. Resumiendo: siguiendo esta teoría (que en absoluto comparto), tienes que sacrificarte y esforzarte mucho siempre para conseguir aquello que deseas.

Pero claro, si has leído hasta aquí sabrás que siempre tenemos objetivos. Si seguimos la norma de que hay que sacrificarse para conseguir lo que quieres, significa que te pasarás toda tu vida sacrificándote. Toda. No sé a ti, pero a mí me está dando un dolor de estómago que no veas.

Personalmente no creo en los objetivos que nos hacen sufrir por el camino; ni siquiera creo que tenga sentido hacer algo con lo que no estás de acuerdo o a lo que te sientes obligado, independientemente de lo que quieras conseguir haciéndolo. ¿Sabes? Vivir ha de ser siempre algo sencillo, deseable y alejado del sacrificio; si te has planteado un objetivo que te obliga a hacer cosas que no quieres hacer, mantente alerta; a la larga puede pasarte factura. Siempre vas a tener objetivos, siempre; si vives solamente creyendo que estarás bien cuando los hayas conseguido todos, nunca jamás podrás disfrutar de la vida ya que estarás postergando tu bienestar de manera indefinida.

Eh, es legítimo que en algún momento de tu vida decidas sacrificarte: eres tú quien va a vivir tu vida, nadie más, y si ahora sientes que esa es la mejor manera de estar en el mundo no seré yo quien te juzgue, en serio. Siempre he creído que las personas hacemos lo que consideramos mejor a cada instante, dada la información que manejamos y nuestras propias circunstancias. Ahora bien, si en realidad no quieres sacrificarte pero has llegado a la conclusión de que «no te queda más remedio» o de que «no tienes otra opción», por favor, te suplico que sigas conmigo. El sacrificio es legítimo, sí, aunque tan solo es una opción. Personalmente, si tengo que elegir entre salir ahí fuera y conseguir lo que quiero sacrificándome o no sacrificándome, lo tengo claro: prefiero cambiar mis circunstancias o mis objetivos para que el viaje sea algo amable y placentero, alejado de sentimientos relacionados con el esfuerzo y el sacrificio.

«Tu objetivo es importante. Lo que te aporta caminar hacia tu objetivo todavía lo es más».

Con la metodología que estás a punto de descubrir te asegurarás de disfrutar plenamente el viaje. «La vida es un viaje, no un destino», reza la canción Amazing de la banda de rock Aerosmith, parafraseando al poeta y filósofo Ralph Waldo Emerson. Sabias palabras. Y es que si siempre vamos a tener objetivos no tiene ningún sentido esperar a cumplirlos para estar bien pues siempre habrá otros esperando.

¿Se entiende la idea?

El bienestar y la felicidad deben estar disponibles en tu vida siempre, aquí y ahora. Sin excepción.

Resumiendo:

No te preocupes; la metodología de este libro garantiza que todo lo anterior se cumpla; lo único que tendrás que hacer es seguirla meticulosamente.

¿Quieres llevar tu vida al siguiente nivel? ¿Quieres plantearte metas acordes con tu situación vital actual de modo que no solo pienses en el objetivo sino que también disfrutes del viaje? Si la respuesta es la que imagino, solo sigue leyendo. Estoy impaciente por mostrarte esta colección de reflexiones y herramientas.