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EN EL PAITITI,
GUIADOS POR LOS
EXTRATERRESTRES

Francisco Sosa Mandujano

Mi agradecimiento

A Dios, al Maestro Jesús y a las Jerarquías Superiores.
A la memoria de mis padres, Justina y Marino.
A mis hermanos, Jesús, Catalina, Trinidad,
Juan, Sofía y Raída.
A nuestros Guías extraterrestres.
A Sixto Paz Wells y su digna familia.

A cada uno de mis hermanos viajeros de 1981 y 1989, y a todos y cada uno de los que he nombrado en esta obra, toda mi gratitud.

Solo cuando el hombre descubra que Dios quiere de él su grandeza y su triunfo, solo ese día el renacimiento será cumplido, el Anrrom terminado y el libro concedido.

Oxalc

A mi hijo Walki Enoc,
que en sus peores circunstancias
me motiva para seguir adelante.

A todos aquellos que buscan el tesoro
que llevan dentro de sí mismos.

Introducción

Siempre busqué una razón o causa que justificara una palabra o acción. Cuando me hablaban de Dios, igual. ¿Cómo se creó Dios? Quería saber quién creó a Dios o cómo apareció.

Me sugirieron leer la Biblia.

«En el principio creó Dios los cielos y la Tierra». (Génesis 1.1)

«Los cielos» está escrito en plural. Entonces, ¿creó Dios muchos cielos?

Me contestaron que Dios es Omnipotente (lo abarca y comprende todo), que es Omnipresente (está en todas partes), que es Omnisciente (tiene sabiduría y conocimiento de todo), y que es Eterno (no tuvo principio ni tendrá final).

Pero entonces, antes de crear los cielos y la Tierra, ¿qué habrá hecho el Señor Dios?

La Tierra es grande, pero los cielos son una inmensidad, son inmensurables.

Teniendo muchos inmensos cielos, ¿puede el Señor Dios haber creado vida inteligente solo en la Tierra como dicen?

Existiendo un Universo tan vasto, es imposible creer que solo exista vida en la Tierra. Si esto es así, ¿qué formas de vida existen en otros mundos? ¿Hay todavía dinosaurios, dragones, bosques y océanos misteriosos? ¿Existirán seres que tengan con nosotros algún parecido o semejanza?

¿O es que nos quedaremos mudos ante los testimonios de civilizaciones más avanzadas que la nuestra?

Así me interrogaba yo a mis treinta años. Estas preguntas y muchas otras me llevaron a la búsqueda, y la búsqueda me llevó a vivir lo inimaginable. Después de muchos años he empezado a encontrar respuestas; nunca imaginé que la vida me tenía reservadas todavía muchas duras pruebas, como jamás pensé tampoco escribir un libro. El presente está escrito en mi escaso lenguaje, pero sincero. Pido perdón por ello. Esta es mi historia, es mi verdad y si al final encuentras que de algo te valió, estaré satisfecho; y si, por el contrario, sientes algo de soberbia por mi parte, me consideraré el peor de los mortales.

Un poco de Historia:

«...Soy Oxalc, soy de Morlen, ustedes lo llaman Ganímedes, podemos hablar de OVNIS...»

Este primer mensaje, recibido psicográficamente1 por Sixto Paz Wells2 el 22 de enero de 1974 en Lima, Perú, dio inicio en el seno de un grupo de jóvenes una extraordinaria experiencia de contacto extraterrestre. El 7 de febrero de ese mismo año fueron citados al desierto de Chilca, a 60 km al sur de Lima, a un encuentro cercano y vieron aparecer una nave rodeada de una intensa y brillante luz.

«No bajamos en este momento porque ustedes no saben controlar sus emociones. Habrá una preparación, un tiempo y un lugar...»

Ese mismo año, en los meses de agosto y septiembre, los extraterrestres les indicaron como lugar de contacto Marcahuasi, una altiplanicie situada a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar. El mismo día en que los cinco jóvenes peruanos estaban regresando de Marcahuasi, un periodista de la agencia EFE de España venía directamente de Europa y llegó quince minutos antes. El periodista fue invitado por los extraterrestres (mediante el mensaje psicográfico y telepático) a participar de un encuentro programado con varios días de anticipación. Y tal fue la impresión que tuvo este periodista por lo que vio, que de regreso a España, Juan José Benítez3 escribió un libro titulado OVNIS, S.O.S. a la Humanidad, publicado por Plaza y Janés, donde dio testimonio de la insólita experiencia que le tocó vivir con el grupo RAMA de Perú. Este libro hizo que en cuestión de seis meses el grupo de veinte jóvenes se extendiera a treinta países.

Imagen 1. La psicografía o escritura automática.

El contacto fue incrementándose paulatinamente desde los avistamientos hasta el descenso de las naves y el encuentro físico con seres de otros mundos.

Lo narrado no es un caso aislado ni el más importante que se conoce; no es el único grupo de contacto, pues existen otros, pero Misión RAMA4 es el único grupo a nivel mundial que ha dado pruebas objetivas y demostrado su veracidad al permitir la presencia de periodistas del mundo a encuentros programados con anticipación y al proporcionar testimonios contundentes de que, no solo existe vida extraterrestre inteligente, sino que el contacto con seres del espacio es real. Lo más importante es que el contacto continúa y se mantiene hasta ahora. Espero poder acompañarlos en esta aventura.

Francisco Sosa Mandujano

«Lo raro no es, que haya vida en otros planetas, lo raro sería que no lo hubiera».

Sixto Paz Wells


1 La psicografía es una técnica de comunicación, que es la escritura automática o telepatía instrumentalizada, mediante la cual el receptor o antena recibe del emisor una fuerte onda mental o mensaje telepático. Todos podemos recibir si nos preparamos. En el caso de RAMA no es el hombre el que se comunica con ellos, sino que son los Guías extraterrestres son los que se comunican con el hombre.

2 Sixto Paz Wells es peruano y el primer contactado en Misión RAMA desde 1974. Es un reconocido conferenciante y escritor de ámbito mundial. Conocer a Sixto es conocernos un poco más a nosotros mismos. Sixto es un conductor, un líder, un guía que eligió una gran responsabilidad: difundir el despertar de conciencia en el mundo a través de los mensajes enviados por seres de otras estrellas. Se le considera una autoridad seria en el tema del contacto extraterrestre y es uno de los pocos hombres de nuestra época que expresa y demuestra a través de sus actos la misión que se le ha encomendado. Hablar de Sixto es hablar del despertar de conciencia y del cambio hacía lo positivo, y, por su puesto, de los extraterrestres.

3 Juan José Benítez es un conocido y prestigioso periodista español, que cuando era solo un corresponsal de prensa de la agencia de noticias EFE fue enviado a Perú a cubrir las vivencias de un grupo de adolescentes. Hoy es un prolífico y famoso escritor.

4 Misión RAMA: Experiencia de contacto que trae como mensaje la necesidad de que el ser humano descubra la importancia de la comunicación consigo mismo, con los demás, con la vida y con el Universo. RAMA es comunicación y contacto para establecer un puente de comunicación con civilizaciones más avanzadas de las que podemos aprender mucho.

Capítulo 1
El que busca encuentra

Ya llegará el tiempo en el cual recordaréis cada uno como fue que fuisteis llamados a conformar RAMA; cada uno sabrá pronto su camino de venida.

Historia de RAMA, por el Guía Oxalc

Había gran vacío en mi vida; mi educación no había sido la adecuada y la rutina del trabajo, las conversaciones sin importancia ni profundidad me ponían triste. Durante la noche, antes de quedarme dormido, me cuestionaba si lo que hacía era correcto. Me dedicaba por entero a mi trabajo y lo cumplía muy bien mientras vivía en una pensión.

El 12 de agosto de 1977, tras almorzar regresaba a mi trabajo por la calle principal de la ciudad de La Oroya Antigua (provincia de Yauli, región Junín en Perú) más conocida como la «ciudad de los humos». Como cualquier ser humano común me detuve frente al puesto de venta de periódicos. Después de leer los titulares mi vista se fijó en una revista que me llamó mucho la atención. Se llamaba Lo insólito, de este y otros mundos. Era el número 4. Lo compré de inmediato pues sentí que me sería útil.

Aquella noche, el artículo de la página 25 me produjo un estremecimiento. Decía así:

Médico mexicano recibió una visita insólita...

... y tuvo la suficiente abertura mental y valentía de dar a conocer el hecho a la prensa de su país. El doctor Leopoldo Díaz Martínez, domiciliado en Vicente Guerrero Nº 86, Guadalajara, México, no tuvo reparo en relatar la extraña experiencia que vivió a fines del pasado año, cuando un singular hombrecillo se presentó a su consultorio:

«En la ciudad de Guadalajara soy médico general. Pues bien, el 28 de octubre de 1976 asistía a mis pacientes normalmente; a las 12 del día estaba por terminar cuando se presentó el último paciente, el cual me llamó sumamente la atención. Era una persona de aproximadamente 50 años, piel muy blanca, casi totalmente calvo, ojos azul grisáceo, mirada penetrante y aspecto bonachón.

No sentí nada cuando ingresó a la sala de espera, pero al abrir la puerta para despedir a otra paciente, le vi hojeando una revista. Al dirigirle la mirada se levantó y pude ver que era de muy baja estatura, como de 1,50 m. Con voz aflautada me dijo: ‘Deseo que me haga un examen general’; yo le contesté que sí. Procedí a practicar el examen y me desconcertó el perfecto estado de salud en que se hallaba; sus signos vitales y sus reflejos eran sorprendentemente normales. Era lampiño a excepción de la cara en donde tenia un vello muy fino; en el resto del cuerpo su piel era tersa y delicada como la de un bebé de seis meses bien nutrido. Al hacérselo notar me dijo: ‘Siempre he llevado una vida muy sana, nada de excesos, y he cultivado el control mental desde hace tiempo; hace mucho que no acudía a un médico’.

Casi me desmayo al saber su edad: ¡185 años! Al notar mi perplejidad dijo: ‘Yo no soy de aquí y no me pregunte de dónde porque no puedo decírselo: mi nombre es Llop Zarniet. Hay más planetas en este sistema solar que aún no han sido descubiertos; varios como yo se encuentran distribuidos en todo el mundo tratando de ponerse en contacto con personas conscientes que estén dispuestos a ayudarnos para dar a conocer sin causar pavor nuestra presencia. Queremos ayudar a mejorar las condiciones generales de desarrollo de la Tierra y evitar los males que pueden llevarles al caos’.

Oiga bien el mensaje que voy a comunicarle; alerte sus sentidos. Dios existe como Creador, la materia no existe en sí misma; hay una sola corriente universal de la que emana todo lo demás, desde el microcosmos al macrocosmos. Esta corriente es la electricidad, cuyo símbolo universal es este: 69’».

No había pasado todavía un año de ese episodio; al fin tenía algo diferente, novedoso en qué pensar. ¡Qué lejos estaba yo de llevar una vida sana, comparada con la vida de aquel extraño ser! La mía era totalmente opuesta; jamás había llevado una vida saludable. La base de mi alimentación era la carne; me excedía en todo por ignorancia, de control mental no sabía nada de nada. Lo único que teníamos en común era que yo no acudía al médico hacía mucho tiempo, aunque no porque estuviera sano, sino por falta de buenas costumbres. Mi rostro estaba cubierto de acné rebelde y tenía el cuerpo lleno de grasa y el estómago abultado siendo aún joven. De Dios solo sabía lo que me habían enseñado mis padres en su entendimiento, lo que me enseñaron en la primaria, secundaria y la religión. Jamás había profundizado; sabía que existía y nada más.

Una luz de esperanza se me encendió cuando leí que había gente que nos quería ayudar a mejorar las condiciones generales de desarrollo de la Tierra. Ese artículo fue demasiado para mí y empecé a cuestionarme por qué era como era, por qué no podía ser mejor, cuál era la causa.

Me vino a la mente la imagen de mi niñez y de mis padres que me habían dado la vida, que estaban en su pueblito donde yo nací. Este era Masajcancha, un pequeño anexo del distrito de Paccha, provincia de Jauja, en el departamento de Junín, en Perú. Mi mente se trasladó a los tiempos en que correteaba tras los animales cuando iban a pastar. En ocasiones el viento, la lluvia y los truenos me sorprendían en el campo, pero la mayor de las veces el aroma de los sembrados, lo verde de la estación y de las sementeras que entraban ya en período de maduración nos permitían disfrutar de la naturaleza. Allí, con mi hermano Juan y otros niños, sin descuidar a los animalitos me internaba en el follaje de las habas, de las arvejas, y comía hasta decir basta. Al parecer vivía contento; no vislumbraba nada de nada por aquel entonces.

El recuerdo se trasladó con tristeza a aquel fatídico 4 de abril de 1959. Ese año la cosecha prometía ser buena. Todas las sementeras estaban hermosas, pero siempre estaba latente la caída de una granizada y cuando esto ocurría era una desgracia para todo el campesinado. Por ello las comunidades se organizaban; cada año nombraban y encargaba a dos o tres personas que estuvieran atentas a este fenómeno atmosférico. Se les entregaban varios cartuchos de dinamita que adquirían con la colaboración de todos para hacerlos explotar (hoy utilizan cohetes pirotécnicos). La experiencia de la gente de campo es efectiva: cuando existe una amenaza o está comenzando una granizada, con dos o tres explosiones esta se convierte en lluvia o se traslada a otro sitio.

Ese año mi padre, hombre robusto, colaborador y trabajador, había sido uno de los elegidos. Como después de una faena en el campo suelen tomar licor, estaba ebrio; el día había sido de mucho trabajo y de un calor intenso, señal de que caería una tempestad. Y así fue.

Aquella noche trágica, la señal de que se acercaba una tormenta era un viento fuerte y helado que daba miedo; apagaban el mechero con el queroseno que se encontraba dentro del cuarto, los truenos retumbaban por doquier, la noche oscura se iluminaba con los relámpagos, caían los primeros granizos. Mi padre, borracho pero fiel cumplidor de sus deberes, se levantó de la cama, se puso los zapatos rápidamente, cogió la dinamita que tenía guardada y la preparó envolviéndola con periódico, trapo y plástico usado, asegurándola con hilo de lana. Agarró un fósforo y salió con el objetivo de hacerla explotar en el campo frente a la casa. Pero el viento era fortísimo y no permitió que el fósforo prendiera la mecha. Lo intentó varias veces y al no lograrlo pensó en regresar al cuarto donde dormía, dejar abierta la puerta principal de la casa, que aseguró con una piedra de regular tamaño, cortar más pequeña la mecha, prenderla y salir a la carrera para lanzarla con fuerza lo más lejos posible.

Todo habría salido bien como lo planeó si no hubiera sido porque cuando empezó a salir a veloz carrera del dormitorio la fuerza del viento venció a la piedra que mantenía abierta la puerta principal y esta se cerró con estrépito cuando él levantaba su mano derecha con el explosivo encendido. Los segundos pasaron más rápido en ese momento y en su intento de abrir con su mano izquierda la puerta, la dinamita explotó, volando su mano derecha en miles de pedazos. El hombre valiente que era mi padre, ebrio aún, gritó entonces con angustia en su lenguaje común y de pueblo: «¡Ya me jodí!» Se sintió una fuerte explosión en todo el pueblo. La granizada y el viento desaparecieron en ese instante como por encanto, se escucharon los gritos de auxilio de mi madre y de mis hermanas mayores, y los ladridos de los perros del pueblo anunciaron que algo malo había pasado en la casa de Marino Sosa Quintana y de Justina Mandujano Casas.

Larga es la historia del traslado a Jauja, luego a Huancayo y a Lima hasta su curación. La herida cerró en varios meses; el ojo izquierdo ya no tenía visión, todos los animales tuvieron que ser vendidos, las sementeras descuidadas. Mi hermano Juan y yo pequeños todavía no podíamos agarrar el arado, aunque ganas no nos faltaban. La necesidad entonces obligó a mi padre a ingeniarse mil cosas, pero con una sola mano estaba limitado y se tuvo que dedicar a lo único que le quedaba: la compraventa de ganado lanar. Luego llegó la tristeza; la impotencia de no poder mantener a su familia como él habría deseado seguramente lo llevó a refugiarse en el licor. El hombre bueno se había transformado en un hombre malo. Así empezaba para mí y para mi familia una mala vida de padecimientos, sufrimientos e ignorancia total en cuanto al espíritu. No había día en que nuestro padre estuviera sano y que no fuera un martirio para nosotros. Ya imaginará el lector el verdadero infierno en que se convirtió nuestro hogar. En ese infierno crecí totalmente cohibido, tímido e inseguro de mí mismo. Pero valió para hacerme una promesa: que yo sería diferente. Yo no sería un borracho, no señor.

RAMA es AMAR

Pero vayamos a nuestro tema, pongámosle ánimo. Lo que leía aquella noche era como un bálsamo para mi atormentado corazón. La revista quincenal estaba dedicada exclusivamente a temas esotéricos, parapsicológicos, de contacto extraterrestre, misterio y afines. Para mí era una novedad; no sabía el significado de la palabra esoterismo ni de parapsicología pero me pareció interesante y deseaba que pasaran rápidamente los días para adquirir el próximo número. En el número seis se anunció que en el siguiente se relataría una extraordinaria experiencia vivida por unos jóvenes peruanos que mantenían importantes contactos con extraterrestres desde hacía solo tres años. La revista tendría el privilegio
–decía–, de dar a conocer lo que hasta entonces era un secreto celosamente guardado: la existencia del gran contacto con seres de otros planetas, y el nacimiento y las enseñanzas del grupo RAMA. Mi inquietud aumentó. Todo lo que leía, inocentemente se lo contaba a mis compañeros de trabajo pensando que también les impactaría como a mí, pero ellos se burlaban y no dudaron en apodarme «el Insólito». Así llegó la segunda semana de octubre de 1977. Ansiaba tener ya el siguiente número de la revista. Cuando lo leí, su contenido me resultó muy profundo y no lo entendía; mi falta de educación no me permitía comprender. Pero de lejos sentí su grandeza y su verdad; me di cuenta de que yo era un desastre, que no tenía la preparación requerida. Palabras, frases, lugares, nombres, temas y enseñanzas eran nuevas para mí; me impresionó mucho la experiencia fantástica vivida en Lima de lo que fue publicado en los números 7, 8, 9, 10 y 11.

Empezaba con el informe del contacto en Chilca y Marcahuasi; Morlen (Ganímedes), un satélite universal con miles de años de evolución; la historia de RAMA; RAMA es la Misión; el porqué de la Misión RAMA; la Hermandad Blanca; vida en comunidad; frases de amor; las comunicaciones para el Nuevo Tiempo, entre otros. La frase RAMA es AMAR y AMAR es RAMA, me impactó por lo simple e inmenso de su mensaje a la vez.

Pensé que seguirían informando en los siguientes números, pero estaba equivocado. Sentí nostalgia al deducir que todo eso estaba lejos muy lejos para mí, pues había leído que los extraterrestres habían dicho «no queremos trabajar con cantidad de gente, sino con calidad de personas». Se notaba a las claras que RAMA era un grupo especial. Asimismo creía que los jóvenes que lo integraban también eran especiales pues podían recibir comunicaciones, podían viajar, podían dar conferencias; para mí todas esas cosas eran imposibles.

Yo no era calidad y me resigné a mi destino. Eso sí, religiosamente adquiría la revista. Así pasaron los años 1978 y 1979. En la primera quincena de diciembre de 1979 la revista Lo Insólito llegó a su número 50, que fue el último. En la página 3 agradecía a sus editores el haber hecho posible llegar a ese número. Asimismo, publicaba la tercera y última parte del libro El Secreto de Los Andes, de Brother Philip. También en la última página daba cuenta de la preparación para el contacto en RAMA. Yo leía con nostalgia que Sixto Paz decía: «A mediados de noviembre se ha empezado a reunir por grupos a 240 personas, a la gente de RAMA, de acuerdo a la afinidad de las terminaciones de los nombres cósmicos, para que asistan después de una preparación adecuada... a lo que ya es una realidad, el contacto físico en los arenales de Chilca...» Decidí buscar a Misión RAMA. «Buscaré y no pararé hasta encontrarlos –me prometí–; solo así podré conocer si todo esto es cierto».

Me propuse que pasados la Navidad y el Año Nuevo pediría permiso para viajar a Lima y buscar la dirección que salía en una de las revistas; no podía quedarme sin información sobre el fascinante tema extraterrestre. Mi punto de vista sobre la vida iba cambiando algo; la sociedad y el mundo me llamaban a disfrutar de sus encantos, aunque también luchaba para ser diferente de los demás. Pero, ¿por qué había dejado de salir la revista? me preguntaba. Y me entristecía, pues la publicación me había ayudado mucho y estaba a mi alcance; me había acostumbrado a adquirirla.

Como respuesta a todo esto, faltando unos días para Navidad alguien se acercó a la ventanilla de Tesorería de la municipalidad provincial de Yauli en La Oroya, donde yo trabajaba, a pagar un derecho de permiso para una conferencia del grupo RAMA. Grande fue mi alegría después de que mis colegas que sabían que me apasionaba el tema me avisaran; no podía creerlo. Dios había escuchado a su hijo desventurado. Me parecía un sueño que el grupo RamA estuviera en La Oroya. Estaba decidido a encontrarlo y no pararía hasta lograrlo; deseaba saber más de esa maravilla. Si me fuera permitido participar, aunque fuera de lejos, ¡sería feliz! Así pensaba.

El trabajo era el limitante, pero a la conferencia jamás podría faltar. No debía ir solo; tenía que convencer a mis colegas y amigos para asistir. Ellos se resistían por ser viernes, día que ellos llamaban «sábado chico», pero como yo tenía cierta ascendencia sobre ellos los obligué a que me acompañaran y fuimos. Era lo que esperaba, lo que me faltaba y todo se reducía a una palabra: cambio. Un cambio a todo nivel, que debía operarse en cada uno de nosotros y no esperar el cambio en los demás. Entendí que RAMA no era un grupo de los que proponía el cambio, sino que esperaba ser el grupo de cambio para evolucionar como personas. Ese era el mensaje. Después de la conferencia nos invitaron a una reunión a la que fui solo; mis colegas se burlaban y bromeaban sobre mí. Pues yo tampoco los acompañaría a celebrar sus «acontecimientos»; mi cambio fue tajante.

Mi primera reunión y mi primera salida

Fui buscando un bocado de pan y agua; tenía hambre y sed, mas no de aquellos que sacian el hambre y la sed fugaces, sino de esos que nos dan energía y felicidad duradera. Tenía sed de vida y hambre de un amor que no conocía.

Muy puntual estuve en la casa donde se llevaba a cabo la reunión. Éramos tres nuevos y el resto ya llevaba cierto tiempo trabajando. De entrada nos hicieron sentar en posición de loto. Me gustó al inicio, pero a medida que pasaban los segundos y estos se hacían minutos, empezó a dolerme la rodilla y se adormecieron mis pies. El instructor dirigía el trabajo y cuando este terminó yo me sentí mal, pues todos habían tenido alguna experiencia menos yo. Agaché la cabeza al no haber tenido ni sentido nada. Al final pregunté y pregunté todo lo que me inquietaba sobre el contacto físico en los Arenales de Chilca de los 240 seleccionados. Me respondieron que este no se había dado pero que la preparación era intensa y se podría dar en el sexto aniversario de la misión.

A fines de diciembre de 1979 estaba programada una salida de instructores en Santa Rosa de Ocopa (provincia de Concepción). Hacía menos de dos semanas que yo conocía RAMA, pero quería estar allí y fui. Era del sábado al domingo. Como todos eran instructores, yo solo escuchaba y escuchaba y cuando había oportunidad preguntaba. Preguntaba, preguntaba mucho; solo así podría aprender. Allí recibieron comunicaciones y nos dijeron que los Guías extraterrestres o Hermanos Mayores se manifestarían a las nueve de la noche. A la hora señalada el espectáculo de las naves que surcaban el firmamento me emocionó; de pronto se iluminó fuertemente donde estábamos. Vi todos los cerros como si estuviera de día; era una luz que no enceguecía. Al haber vivido en un pueblo sin luz eléctrica conocía los relámpagos, pero esto era una cosa diferente. Lo que vivimos aquella noche fue contundente, el apoyo extraterrestre existía realmente. Entonces pensé que los instructores eran personas especiales; todo les salía a pedir de boca. Qué lejos estaba para mí eso; pero tendría que compenetrarme poco a poco con todo ello, tenía mucho interés. Allí coordinaron la salida que se llevaría a cabo por el sexto aniversario de RAMA y, según las comunicaciones, habría experiencias.

22 enero 1980. Sexto aniversario de Misión RAMA

Llegó el día. Gran cantidad de hombres y mujeres ascendieron al cerro de Santa Rosa de Ocopa mochila al hombro. Una vez instaladas las tiendas empezó la presentación de los participantes y el trabajo de armonización. Los «antenas» nos comunicaron que los Hermanos Mayores habían señalado que se darían las experiencias del nombre cósmico1, los cristales de cesio2 y el paso del xendra3. Mi emoción iba en aumento, ya que por lo que había leído, sabía que estas experiencias eran fabulosas y yo tendría la oportunidad de vivirlas. Me hice ideas preconcebidas, lo cual es un error pues la experiencia la vive cada uno de acuerdo con su preparación y nivel de conciencia.

Los «antenas» anotaron nuestros nombres para consultárselos a los Guías. Se nos pidió que nos armonizáramos mucho para la recepción de los cristales de cesio que sería en grupos de doce. En círculo, con fervor religioso, yo trataba de seguir el canto que se había iniciado (pues ni siquiera sabía cantar), pero lo acompañaba con entusiasmo. Al mismo tiempo oraba; sabía que no tenía ninguna preparación. Cuando me tocó el turno, nos sugirieron relajarnos quietos y cerrando los ojos, los brazos flexionados, palmas hacia arriba. Lo único que sentí fue mucho peso. Después de un rato alguien me dijo que los tenía y me ayudó a integrarlos llevando primero mi mano derecha a la altura del pecho y luego la izquierda. Por ningún motivo abrí mis ojos, quería vivirlo íntimamente. Se lo agradecí a Dios, pues en el fondo de mi ser sabía lo que me pasaba y que quizás no merecía nada. Seguimos cantando para armonizarnos más, eso se decía.

Los instructores ya habían detectado el xendra. Estábamos en grupos de doce personas. Tomados de las manos fuimos en completo silencio. Esperamos hasta que el grupo anterior terminara; trataba de ver con mis ojos físicos dónde estaba ubicado el xendra, cuando de pronto una persona apareció de la nada, luego otra y otra tomadas de la mano. Era el otro grupo que salía del xendra. Mi emoción creció desmedidamente. Era una pared de energía de color azul violeta; no podía creerlo. Ingresamos después y nos hicieron sentar. La incomodidad de tener doblados los pies y el dolor no me permitieron tener mayor experiencia.

Cuando todo hubo concluido descansamos. A la mañana siguiente, tras hacer ejercicio y un frugal desayuno vino la parte más bonita: la narración de las experiencias. Lo que yo había vivido no era nada en comparación con lo que allí se exponía. Yo era consciente de lo pesado que era como ser humano; tenía una vibración muy baja, era espiritualmente ignorante, no sabía ni orar, era el colmo. Terminados los relatos se dio lectura a los nombres cósmicos que se habían recibido durante la noche. Cuando finalizó, los que estaban más adelantados o llevaban más tiempo en el grupo y no me conocían preguntaron quién era Francisco Sosa Mandujano. Al descubrirme seguramente sufrieron una decepción, ya que les bastó mirarme para alejarse, dejándome en ridículo. Al querer presentarme, sufrí mi primera desilusión con el grupo. «Entonces, ¿para qué me buscan?» me pregunté. Me hicieron notar que para su gusto no era quién para tener la terminación AM; me dijeron que era el único de todas las listas que tenía la misma terminación que Sixto Paz Wells, quien tenía un rol fundamental en la Misión.

Tiempo después, en sueños me vi a mí mismo que tenía dibujada en el pecho la estrella de seis puntas, lo que me despejó la duda que tenía respecto a mis cristales de cesio.

Impulsado por la voluntad y sin que nadie me lo pidiera u obligara seguí asistiendo a las reuniones donde siempre aprendía cosas nuevas. No debía rechazar el camino mostrado, pues este debía ser el padre y la madre que me darían protección, me guiarían, me brindarían toda su atención y me proporcionarían Amor. Mas, ¿cómo me podrían dar Amor si yo permanecía alejado de mis sentimientos y mis deseos? Así me cuestionaba y mucho preguntaba. Después de las reuniones me quedaba conversando hasta la una o las dos de la mañana y regresaba caminando dos kilómetros para descansar.

Las comunicaciones o mensajes psicográficos

Allá donde iba siempre buscaba alguna comunicación que los extraterrestres daban a través de «los antenas»; otros me las entregaban con desprendimiento sin que se las pidiera. Las reproducía para los demás y las leía. La primera comunicación que llegó a mis manos fue esta:

Control del verbo. «El verbo es una Divina Gracia de Dios... No existe error en su creación sino en su utilización. Se nos dio libre albedrío para su uso y hemos fracasado, exceptuando solo a unos cuantos sabios del planeta que han dejado de existir, pero que, sin embargo, existirán siempre porque su sabiduría está más allá de la existencia misma. El verbo puede reconstruir naciones en unas cuantas horas, y, sin embargo, puede destruir una vida en menos de un segundo.

No utilizaré el verbo para lanzar juicios, ya sean estos justos o injustos... buenos o malos... Solo utilizaré el verbo para que ayude a mi corazón a sembrar semillas de amor y armonía. Antes de hablar pensaré, no solo dos, muchas veces. Analizaré cada una de mis palabras, le preguntaré a mi espíritu si se adapta a la sensibilidad de las demás personas, y solo si mi corazón se siente inspirado, hablaré. Y no pararé hasta que mi alma sienta que ya es suficiente.

Recordaré siempre que mis palabras son un divino tesoro que pueden inspirar al artista, estimular al cobarde, dar fe al que no tiene esperanza, hacer sonreír al triste, hacer ver la verdad al errado, dar amor al que lo necesita; luego, utilizaré este regalo de Dios incluso hasta con mis hermanos menores como son los animales, las plantas y hasta las cosas, que, aunque no comprenden la esencia misma de mis palabras, oirán su música de amor y amarán su propia armonía.

De ahora en adelante solamente diré lo necesario, lo trascendente, poniendo cada vez mayor atención en cada una de mis palabras, ya que recordaré esto: desde ahora el hombre deberá aprender a hablar con las voces de su alma y de su corazón. Con amor divino. Oxalc».

La segunda fue una comunicación de Olmex:

«Mirad, las palabras no son algo material que luego se olvida; las palabras, la idea que expresan, es eterna, pues en ellas hay vibración; mirad hermanos, cada uno de vosotros, cada uno de los hombres de la Tierra, cada uno de los seres del Cosmos tiene una sed total de aprender. Vosotros, cada uno de vosotros buscasteis conocer, vivíais conociendo, soñasteis conocer todo lugar, vuestro tiempo servía para aprender. Pero ahora estáis en una etapa en que otros de vuestros hermanos os agarran las manos, ellos aprenden de vosotros, aprenden palabras vanas, no aprenden hechos, realidades, sacrificios, penas, mortificaciones, eso no... reflexionad sobre esto, reflexionad. Olmex os ama. Paz, Amor y Amistad».

Siguieron muchos más Aquí van algunos extractos:

«12-2-78... Lo importante ahora es vencerse, fortaleciendo la voluntad y el espíritu en base a realizaciones concretas materiales... El primero de los antiguos intervendrá en el movimiento circular de la nueva era que ha despertado para que cada ser conozca su misión específica; él será su Guía de Tierra esperado, tal su labor, tal su compromiso y el de todos, del reto puro de ayudarse a ser todos la nueva Humanidad ya preparada en un tiempo sin momento... Sepan determinar el tiempo, el lugar y el momento que exige la labor comprometida en cada uno, encuéntrense dando donde hay necesidad de retornar al servicio; cambien su mundo trabajando a la velocidad que se necesite; no hay que esperar nuestro consentimiento. No lo tendrán, pues solo somos Guías y nuestra labor no llega a donde ya hay otro Guía, el de la Tierra, para dirigir; este debe encontrar su momento de madurez. No pierdan tiempo, no caminen con quien les hará tropezar, marchen solos si es preciso, pero marchen. Oxalc».

«23-11-78... Aún no queremos acercarnos a tantos curiosos que nos persiguen; somos reales y nuestras naves son tan solo vehículos sencillos que transportan el material con el cual podemos trabajar en bases lejanas. Son vehículos simples que funcionan en base a la puesta en práctica de las leyes fundamentales de la energía cósmica. Sordaz».

«4-2-79... El despertar es importante; todos lo estáis haciendo a vuestra manera y cada uno de diferentes formas busca el conocimiento de la verdad... El objetivo se está cumpliendo. Otros desdeñarán la verdad y se mantendrán reacios en sus costumbres banales, privarán a sus espíritus de ella de forma tal que se arrepentirán y entonces será tarde y tendrán que volver a empezar; estos momentos vivenciales son duros y lo serán más. Regocijaos en el sufrimiento, recordad que son pruebas necesarias... Xozaín».

«5-2-79... Saludos hermanitos. Es bueno seguir la preparación en grupo. Las salidas serán completadas en este proceso, el contacto con la naturaleza os hará veros entre vosotros tal como sois, más naturales, y os conoceréis más aún... Oxalc».

«13-2-79... Recoged de la vida sus enseñanzas y cada uno de vosotros descubrirá la razón de su misión, aprended que primero es la toma de conciencia, luego seguid adelante, que cada instante es bueno para empezar. Si los hermanos hicieran trabajos juntos los trabajos serían mejores. Ayudémonos mutuamente. Si sentís que podéis ayudad, hacedlo, mas tened conocimiento lúcido, pues el producir ayuda es amar y cada acto de amar es sagrado. Muchos precisan de ayuda y es necesario ayudarlos. Ciertamente donde hay un ser humano debe haber amor, ayuda y total entrega; ayudaos en lo necesario. Pero tened presente que no es el simple dar, es el saber dar... Godar».

«22-4-79... En la enseñanza de los conceptos básicos de lo que debéis entender respeto a la Misión, hay tres cosas que queremos comunicar: 1. La labor de prepararos para ser puente con la Hermandad Blanca del Universo; 2. Que sintáis todo lo que entregáis a los demás, porque solo así podréis estar listos para recibir más y seguir dando; 3. La partida vía naves del espacio de los que han cumplido la preparación y han elevado sus vibraciones a un nivel más elevado que el actual reflejará en sus auras una espiritualidad superior.

Estas tres fases que unos ya están pasando marcarán la entrega de los hermanos en Misión RAMA. Sois el Sol en la Tierra; ya os toca irradiar todo lo que sabéis. No penséis que no lo podéis hacer; tened fe, nosotros estamos ayudándoos en todo momento. Desde Venus os estamos guiando como los padres a los hijos. Somos tan iguales como vosotros, con un nivel de conciencia más elevado en la Cuarta Dimensión. Nuestra gente vive en paz y armonía; la familia es una unidad basada en lo más profundo de lo creado, el amor a Cristo. Practicamos la meditación como fuerza de ayuda mental y que nos eleva a planos superiores del conocimiento. Nuestras ciudades son semi-subterráneas por la misma geografía que presenta el planeta. Tenemos centros base de interés científico y cultural; todos compartimos la enseñanza y los trabajos se hacen en común-unidad; los más desarrollados y los menos son todos iguales en el vivir diario.

La evolución es más uniforme que en vuestro planeta. Necesitamos del agua y del sol como ustedes, pero con una aplicación diferente en cuanto a la integración de nuestra vida celular a nivel del cuerpo físico. No recurrimos a la alimentación animal sino a la vegetal. Estamos en un mayor nivel de vibración y por eso queremos que vosotros elevéis la vuestra para poder iniciar los contactos cercanos. La principal ciudad de Venus la llamamos Ormac y es un centro de alto nivel evolutivo. Luego tenemos otros centros base a los que hemos denominado ciudades que buscan la perfección dentro de nuestro planeta. Entre ellos citamos Mirale, Almacín, Romeleta...

La temperatura, tal como vosotros la conocéis, está controlada en el planeta y no nos causa perjuicio; es más, nos ayuda en nuestro desarrollo integral físico, espiritual. Las naves tienen distintos tamaños, formas y utilidades; todo de acuerdo a la labor que hay que desarrollar. Las bases de naves a nivel sistema son varias. En vuestro planeta tenemos la Base Azul en la selva peruana situada entre Cuzco y Madre de Dios; la inmensa dicha de ayudarlos nos produce un enorme deseo de seguir haciéndolo. Abrid vuestra mente y vuestro corazón al mensaje de Amor que os queremos dar; la última de las trompetas está pronta a sonar. Esperad la señal para entonces iniciar el camino hacia el encuentro final con toda la Humanidad que será semilla del futuro.

RAMA os pide dedicación y Amor, y sobre todo ejemplo a los demás. Amaos los unos a los otros y perdonad vuestras ofensas. Sacrificaos al máximo por elevaros a planos superiores, no desfallezcáis, caminad con pie fuerte que os ayudaremos siempre. En la paz y el Amor os dejamos con todo nuestro Amor. Rumilac».

«26-4-79... Vivid más alegres, compartiendo alegría, irradiando equilibrio si es que sinceramente los vivís. Por tal razón es necesario que seáis consecuentes en la familia, en el trabajo, en los estudios; llevad lo mejor de vosotros a todo lo que os propongáis, dad lo mejor a todo aquel con quien compartáis un segundo de existencia. Sabed que si con la autoridad que da el Amor os dirigís a vivir en función de los demás, vuestras vidas serán como la suave brisa de la mañana junto al mar, que no se ve pero que sí se deja sentir y tanto aliento de vida trae. Ayudar sin hacerse notar y sabiéndose dejar guiar por el Divino Creador, he ahí el secreto de la humildad. Sampiac y Anitac».

«3-5-79... Hablad menos y haced más. Muchos creen que están dando mucho y aún no han visto el compromiso real de vida que se encierra en el fondo; cuando hay compromiso, hay una vida enfocada, hay un sendero trazado, hay un plan, un nombre, una responsabilidad y solo una forma de cumplir con todo lo anterior, muriendo al egoísmo, a los intereses personales por los de la comunidad que aún no empieza a vivir, pues en muchos de vosotros aún falta lo esencial: caridad y respeto para con vuestro prójimo. Hermanos, no pidáis que os digamos lo que tenéis que hacer, pedid al Profundo que os dé Él la fuerza necesaria para aceptar su destino. Se os pide que tratéis de compartir más; no dejéis que la labor se recargue sobre unos pocos, dad todos lo mejor de vosotros mismos y no migajas a la Misión, pues aquí no se necesitan sobras, sino seres humanos... Nuestras palabras, aunque algunas veces puedan ser duras y regañonas, no buscan reglamentar vuestra vida, tan solo sugeriros el error o el acierto en el que os encontráis para que ya no se pierda el tiempo de la Humanidad. Sampiac».

«8-6-79... Amados míos: Atunes, Comando Venusiano: Mucho se dice, mas poco se hace. Desde hace millones de años las cosas se han venido diciendo, mas practicarlo y hacerlo, para eso nunca mostrasteis disposición. Si hubierais intentado por lo menos hacer la milésima parte de lo que se hablaba, vosotros los terrenos no estaríais cayendo en el más profundo abismo; todos buscáis vuestros propios placeres, vuestras propias conveniencias; nunca os fijáis en los demás, ni en los que en desgracia están. Siempre estáis prontos a hablar, a aconsejar, a criticar. Mas todo lo que decís ¿lo sentís? Cuan ciegos estáis y cuan absurdos sois. Siempre andáis con la visera puesta en una sola dirección, como si a Dios el Profundo se llegara hablando. A Él solo se llega actuando y haciendo lo imposible por llegar a Él. Siempre estáis prontos a tomar posturas cómodas; a esos os llamamos hipócritas y falsos, porque de Amor solo tenéis de boca para afuera, pero por dentro estáis en el más grande abismo, en el más profundo egoísmo. Os falta caridad. Si no tenéis eso, que es el arma principal para llegar al Profundo, ¿cómo poder aconsejar? Despojaos, no confundáis más a los que os escuchan con simplezas y silencio. Muchas veces llegáis más lejos hablando, mas hacedlo. No queráis demostrar vuestra sabiduría, de nada os vale si todo lo que hacéis y decís es falso, si lo que pregonáis realmente no lo cumplís. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que demuestre sus obras en sabia mansedumbre; abrid vuestros corazones ya que no os queda tiempo, solamente os queda un suspiro. Aprovechadlo, no os dejéis. «Amaos los unos a los otros, como yo les he amado». Sabias palabras, mas parece que a los terrenos os entran por un oído y os salen por el otro. Qué pena dais por no decir compasión, qué absurdos sois actuando así. ¿Qué sentís con tantas alabanzas? Si todo lo que hacéis para demostrar que sois buenos es coraza de barniz que con solo el empuje de un alfiler se rompe. Sois barro; deshacedlo y comenzad de nuevo a construir con material noble, comenzad a construir con oro. Os amamos a todos. Con Amor a todos, Comando Venusiano. (Este mensaje tiene un carácter general a nivel de la Humanidad; cada quien tomará de él lo que le toque)».

«3-8-79. Somos los hermanos de Venus que vienen a dar información de lo que debe hacerse a manera de guía mas no de origen. El trabajo es vuestro, nuestra es la orientación; de cada uno de vosotros depende acatar el sano consejo. De nuestra parte queremos lo mejor para vosotros y Amor, no queremos oropeles ni falsas actitudes, solamente queremos el móvil correcto que es el ansía de superación integral de cada uno de vosotros... Trabajo y perseverancia, fe en el futuro y mirada fija en el presente; no desmayéis, no volváis vuestra mirada hacia atrás ni al mundo que os rodea, veos vosotros mismos tal cual sois; no seáis otros mediante la sugestión vuestra de veros mejores... Con Amor, Sampiac, Anitac, Rumilac y Ceres».

«14-9-79... Amar en vuestra dimensión, RAMA es Misión de Paz y esperanza, es AMAR, es y será; los últimos serán los primeros y ¿quiénes sois vosotros para juzgar? No repliquéis ni a Dios ni a su Hijo, Dios no es replicable. ¿Qué le vais a replicar? No lo humilléis igual que os han humillado; todo está cerca, muy cerca, tan cerca que lo inevitable es eso, inevitable, porque vosotros lo habéis querido. Vosotros corrompéis el mar, contamináis la atmósfera, especuláis con la tierra y matáis, y yo os digo: ¿quiénes sois vosotros para corromper el mar? ¿Sois humanos o inhumanos? Él es la vida y sin él nada haríais. ¿Quiénes sois vosotros para contaminar la atmósfera? Si no llega a ser por ella estaréis muertos; ella es la fuente de la vida. ¿Quiénes sois vosotros para especular con la tierra? La tierra es la vida y la vida es Dios, Dios es el Hijo y os digo, ¿quiénes sois vosotros para especular con Dios, la vida y su Hijo? ¿Quiénes sois vosotros para matar a vuestros semejantes? Vosotros sois hombres, sois humanos, matáis por placer y la matanza se hace. ¿Mataríais a vuestra madre? Diréis que no pero luego lo haréis, sois enemigos del Padre pero Él es vuestro amigo, Él es vuestro Padre y Él lo es. Con Amor desde Cristal Bell, vuestro hermano Asthar».

El mensaje era cuestionador; me llegaba a la conciencia con Amor. Pero algo se contradecía en mi mente: por un lado, lo que había leído en las revistas y lo que leía en las comunicaciones era claro y todo se traducía en un cambio a todo nivel, en el despertar de la conciencia y en la preparación. Por otro lado estaba lo que el instructor nos decía: parecía que los Guías extraterrestres tuvieran prisa en contactar con nosotros; la preparación y las salidas se hacían con ese objetivo. Nos decían que la Tierra estaba en peligro y que por lo menos nosotros podríamos fugarnos a otro planeta. Como esta información venía de nuestro instructor y en las salidas escuchaba también lo mismo, me contagié del entusiasmo; como era lógico, todos querían estar dentro de los 240 seleccionados. Fui honesto al medir mi capacidad y mi preparación; para mí estaba lejos, sentía que me faltaba mucho, pero tenía ganas de hacer las cosas lo mejor posible.

Así, entre trabajo, lectura, reuniones y salidas transcurría 1980. En el mes de octubre nos dijeron que la Misión llegaba a su fin. Yo, que estaba empezando con mucha seriedad, solo me consolaba pensando que había llegado demasiado tarde pues había muchos hermanos y hermanas que llevaban varios años trabajando; los mismos que eran mis maestros y maestras, y a quienes yo admiraba y agradezco mucho su paciencia conmigo.


1 El «nombre cósmico» es una clave, una vibración que nos identifica a cada uno. Los Guías extraterrestres tienen muy agudizada su visión mental o clarividencia (tercer ojo). Esto les permite, no solo visualizar el aura de la persona, sino que también son poseedores de la facultad de poder captar la vibración ascendente o nombre cósmico. Esta vibración significa lo que somos, lo que hemos sido, los colores de nuestra aura, nuestra misión, en suma, lo que hemos hecho a través de nuestras existencias. Llegamos a recibirlo cuando estamos preparados. En mi caso me lo dieron a través de un «antena» (persona que recibe comunicación psicográfica); también pueden ser recibidos de modo muy personal e íntimo a través de un sueño, una visión o forma de manifestación interior. Existen dos tipos de trabajos que se realizan en el interior de RAMA una vez recibido el nombre cósmico: la meditación lunar del nombre cósmico, los lunes, miércoles y viernes, por la tarde; y la meditación solar del nombre cósmico, los martes, jueves y sábados, por la mañana.

2 Los «cristales de cesio» son cristales piramidales. Hacen su aparición en las palmas de las manos, previo contacto y avistamiento. Tienen la finalidad de dotar a quien los recibe de un catalizador o «antenaje» extra de energía de la luz violeta que se desprende del sol manásico o sol central de la galaxia que hace su ingreso en nuestra atmósfera al inicio de cada era, o sea cada 2100 años, y que ahora se está dando justamente a razón del cambio de era.

3 Un «xendra» es un umbral o portal dimensional creado artificialmente por la tecnología y el poder psíquico extraterrestres. Es un umbral en el tiempo que permite a las personas convocadas a vivir la experiencia, una teletransportación física a otro planeta, a una base o al interior de una nave. Suele tener la forma de una media luna dorada, brillante o un domo gaseoso. El xendra I es franqueado por una sola persona. El xendra II puede ser atravesado hasta por siete personas acompañadas por dos Guías, y en el xendra III-IV (Gimbra), pueden entrar más de doce personas.