Algunos libros son como faros, brújulas o como la estrella polar: iluminan, orientan, sitúan y tienen la extraña capacidad de actuar como referente y guía. Son compañeros invisibles que nos susurran su mensaje amable y nos brindan dirección y sentido no sólo ante la adversidad o el reto sino también en la experiencia de lo cotidiano.

Otros libros actúan como sólidos cimientos o como puntos de apoyo de grandes palancas para el cambio. Sus ideas y conceptos son una base ideal para la creación y desarrollo de un proyecto existencial o empresarial, porque la sabiduría que albergan es el complemento imprescindible a las habilidades prácticas adquiridas con el trabajo, la perseverancia y la paciencia.

También existen libros sumamente necesarios en caso de contingencia, de modo que bien podrían formar parte de un botiquín. Su función terapéutica de emergencia es tan evidente que sería recomendable que fueran parte del conjunto de elementos imprescindibles para una urgencia mental, afectiva, espiritual o física.

Incluso hay libros que son como un bálsamo, como una caricia, como la sombra del árbol en verano, como el aire: curan, limpian, depuran, oxigenan, liberan, desbloquean, generan alegría, bienestar. Su lectura eleva el alma al lector y le regala nuevas perspectivas para navegar por la vida.

Finalmente encontramos aquellos libros que generan una adicción amable como la caricia al ser amado, el olor del pan, el juego con el cachorro, la brisa del mar, el tacto de la hierba, el primer trago de cerveza o el buen café. Frente a su goce, el tiempo se pierde y uno desea que la experiencia se alargue o que la memoria la retenga en el futuro con todos sus matices.

Pero es francamente difícil que en un solo libro converjan todas esas propiedades. Y eso es precisamente lo que ocurre con Meditando el management... y la vida. Su lectura atrapa necesariamente porque combina profundidad con pasión, lucidez con ternura, rigor con amenidad, practicidad con la mejor filosofía. Porque Meditando el management... y la vida no es sólo una amable invitación a la meditación; es sobre todo una propuesta para la acción necesaria y útil cargada de reflexiones excelentes, inteligentes y sumamente prácticas. En sus páginas verán que la luminosa alma de sus autores brilla en cada frase.

En el caso de Ventura Ruperti la sabiduría toma forma de rigor, brillante inteligencia, integridad, pensamiento sistémico, visión lúcida, y un profundo sentido práctico. Ventura no deja al oyente o al lector indiferente. Tiene la rara habilidad de invitar a la reflexión valiente por simpatía desde la honestidad desnuda y el coraje más firme.

Y en el caso de mi amigo del alma, Jordi Nadal, el mensaje se tiñe de una profunda sabiduría cargada de amor, pasión, alteridad, generosidad, inteligencia desbordada, sentido del humor... Sentido, en definitiva. Quien conoce a Jordi sabe que es un «raro» ser humano. Y raro quiere decir, literalmente: único en su especie. Porque es inevitable leer o escuchar a Jordi y no quedarse absorto por la belleza y potencia de su pensamiento, por la explosión visual de sus metáforas, por su memoria insólita capaz de evocar bajo una misma reflexión conmovedora a Píndaro, a Giuseppe Ungaretti y a Albert Camus, o por el brillo emocionado de su mirada cuando se refiere a la búsqueda del bien del ser amado, al desarrollo de las personas que trabajan en la empresa..., al bien común, en definitiva. Su inteligencia como su ternura son inusuales. Conocer a Jordi o leerlo es, en verdad, la mejor de las suertes que uno puede tener.

La mezcla de ambos talentos genera como consecuencia un libro extraordinario cuyo mensaje es universal y además atemporal. Verán que Meditando el management... y la vida es un libro que podrá volver a ser leído en cualquier momento del futuro y sus reflexiones serán siempre frescas, profundas, válidas y útiles: porque la sabiduría no caduca, es más, su valor aumenta con el paso de las eras y, especialmente, en entornos donde escasean las buenas ideas y el coraje para expresarlas.

Jordi y Ventura nos muestran, en definitiva, que meditar es, en esencia, amar. Quien nada conoce nada ama, pero quien conoce ama, comprende, ve. Cuanto más grande es el conocimiento, más grande es el amor, decía Paracelso, y en efecto, la lucidez o la sabiduría no son sólo fruto de una buena intuición o inspiración, son más bien el resultado de la compasión, de la pasión compartida en la búsqueda del bien común que se ancla en una conciencia profunda, potente, trabajada, abierta e incluyente.

Gracias a ello, obtenemos con este libro el mayor de los regalos: la invitación a amar. Amar nuestro trabajo, amar a la gente de nuestros equipos, amar el talento, amar y respetar al otro y, por encima de todo: amar la vida.

ÁLEX ROVIRA

Éste es un libro breve, porque así nos lo aconseja nuestra propia experiencia personal, por varias razones.

La primera razón es que en multitud de encuestas y entrevistas se ha puesto de manifiesto que los directivos lectores no disponen de mucho tiempo para leer, de forma que lo que realmente buscan son, en esencia, «cápsulas de pensamiento» más que largos textos teóricos, posiblemente con excelentes planteamientos pero con inacabables reflexiones y pocas propuestas prácticas.

Otra buena razón para constatar que lo bueno y breve es dos veces bueno es porque en la preparación del libro hemos contado con el magnífico material legado durante siglos por personas de una clarividencia extraordinaria. Con este tipo de ayuda, se hace innecesario plantear largos párrafos explicando conceptos o sentimientos que otros, antes, han expuesto en diez o doce palabras, mediante unas citas inestimables. Hubiese sido absurdo intentar añadir palabras allí donde más palabras sobrarían...

Y una razón adicional es que nos gustaría que un libro como éste sea un libro al que se recurra una y otra vez. Un libro que resulte de lectura fácil pero estimulante, donde puedan encontrarse nuevos matices y aproximaciones distintas cada vez que uno se decida a releer un fragmento u otro.

Debido a ello, éste no es un libro de dogma. Es un texto que pretende abrir puertas, pero no se atreve a predecir qué aparecerá detrás, dado que cada uno de nosotros es capaz de encontrar cosas muy distintas. No es objetivo del libro ofrecer soluciones prêt-à-porter sino, más bien, sugerir los caminos posibles para encontrarlas.

Por último, explicar que el libro ha sido escrito por los autores mediante la redacción individual de los capítulos, si bien todas las ideas clave y los planteamientos de base han sido siempre debatidos y acordados de antemano (con escasos puntos de divergencia).

Por esta razón, es probable que el lector identifique las diferencias de estilo de cada autor, lo cual podría resultar chocante si no se conociese esta circunstancia de antemano. Entendemos que, una vez constatado, este hecho no resta coherencia al texto, ya que las bases de pensamiento son muy parecidas a lo largo de todo el libro y, por otro lado, la forma de expresarse de cada uno es, al fin y al cabo, lo que probablemente le otorgue al texto final su personalidad específica.