Dislexia y dificultades de aprendizaje
Aportes desde la clínica y la educación

Dislexia y dificultades de aprendizaje
Aportes desde la clínica y la educación

Beatriz Janin, Juan Vasen y Carmen Fusca (comps.)

Beatriz Janin

Juan Vasen

Carmen B. Fusca

María Aparecida Affonso Moysés

Cecilia Azevedo Lima Collares

Mariana Wassner

Pablo Bindi

Viviana N. Malti

Graciela Szyber

BEATRIZ JANIN. Licenciada en Psicología (UBA). Directora de las Carreras de Especialización en Psicoanálisis con Niños y con Adolescentes de la UCES. Profesora de posgrado en la UNC (Universidad Nacional de Córdoba) y en la UNR (Universidad Nacional de Rosario).

JUAN VASEN. Psicoanalista y especialista en Psiquiatría Infantil. Ex Residente y Jefe de Residentes del Hospital Gutiérrez. Médico del Hospital Tobar García. Cofundador y actual coordinador del Programa Cuidar Cuidando. Secretario General del Forum Infancias.

CARMEN FUSCA. Magíster en Psicología Educacional y Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Miembro del Forum Infancias y del Comité de Pediatría Social (SAP). Psicopedagoga clínica con niños y adolescentes. Capacitadora docente (GCBA) y docente UBA.

MARIA APARECIDA AFFONSO MOYSÉS. Graduada y doctorada en Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (1973 y 1979); Libre-Docencia en Pediatría Social en la Facultad de Ciencias Médicas de UNICAMP (1998). Profesora Titular en Pediatría en la Facultad de Ciencias Médicas (UNICAMP).

CECÍLIA AZEVEDO LIMA COLLARES. Graduada en Pedagogía, Maestría en Educación (PUC-SP), Doctorado en la Fundación Escuela de Sociología y Política USP; Libre docencia en Psicología Educacional UNICAMP. Ex docente de la Facultad de Educación UNICAMP (Psicología Educacional).

MARIANA WASSNER. Lic. en Psicopedagogía. Psicopedagoga en equipos de orientación escolar (Ministerio de Educación, CABA). Psicopedagoga clínica. Miembro del Forum Infancias y de REDESA, FSC. Autora de artículos sobre problemáticas de aprendizaje e inclusión escolar.

PABLO BINDI. Licenciado y profesor en Psicología (USAL). Integra equipos de orientación y asesoramiento escolar. Supervisor (niñez y adolescencia en riesgo). Psicólogo clínico.

VIVIANA N. MALTI. Licenciada en Psicología y licenciada en Psicopedagogía (USAL). Supervisora de enseñanza de la modalidad de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social de la DGCyE. Integrante del Forum Infancias.

GRACIELA SZYBER. Lic. en Psicopedagogía, maestranda en Psicoanálisis, supervisora docente de equipos de psicopedagogía clínica, directora del programa de capacitaciones a docentes rurales, asesora externa de instituciones educativas.

Prólogo

Dislexia y dificultades de aprendizaje

Beatriz Janin, Juan Vasen y Carmen B. Fusca

Dificultades de aprendizaje, especialmente las ligadas a la lectura y la escritura. ¿Cómo encararlas? ¿Cuáles son sus determinaciones? ¿Los niños nacen con problemas o, en muchos casos, la escuela se ha quedado sin respuestas frente a ellos y a los adolescentes de hoy? El aprendizaje escolar es un terreno de debates y de controversias. A la vez, el modo en que pensemos la transmisión de conocimientos va a reflejar la representación que sostenemos de los niños y adolescentes. En este sentido, todos los autores de este libro los pensamos como sujetos activos en la adquisición de conocimientos y siendo parte de un proceso en el que hay muchos actores. A la vez, los niños y los adolescentes son sujetos en vías de transformación y, por ende, el hecho de que fracasen en la escuela no implica una dificultad de por vida. Si consideramos que las dificultades de aprendizaje son diversas y se deben a causas muy diferentes, y que no es un puro problema de cociente intelectual, sino que los deseos, los afectos, los ideales y el entorno juegan un papel fundamental, podremos ayudarlos a resolver los conflictos que se expresan en el aprendizaje escolar.

La escuela como institución es compleja y puede ser un lugar de subjetivación, una nueva oportunidad para todo niño, pero también puede ser estigmatizante.

En este libro reflexionaremos, desde diferentes perspectivas y disciplinas, acerca del aprendizaje escolar, las particularidades de la lectura y la escritura, la llamada dislexia y las escuelas de hoy.

La dislexia ha vuelto a escena. La iluminan los focos de una neurociencia que se autoenceguece a fuerza de prender luces. Solo así puede entenderse que se acepte y pregone que el 10 % (o, incluso, hasta el 20 %) de los alumnos la padece. Y que es la principal causa de fracaso escolar. Y que el problema logrará resolverse a través de un sistema de práctica reiterada de silabeo que permite asociar sonidos y fonemas convertido en método (de conciencia fonológica) de abordaje masivo (por ende, en recurso de política educativa).

Esta perspectiva que se nos vende como actualizada implica una vuelta atrás a prácticas de enseñanzas superadas, descontextuadas, mecánicas y carentes de sentido. Esta perspectiva desconoce las numerosas perspectivas existentes acerca de los procesos involucrados en los actos de lectura y de escritura y sobre cómo los niños aprenden a leer y a escribir. Junto a las valiosas contribuciones que las neurociencias pueden aportar, los nuevos conocimientos provenientes de la psicolingüística, la psicología cognitiva, la psicología genética y la sociolingüística arrojan una luz diferente sobre las dificultades que presentan muchos niños y adolescentes. Estos conocimientos posibilitan ir más allá de un rótulo, de un diagnóstico estigmatizante, así como comprender más específicamente los diferentes tipos de dificultades, sus diversas causas y plantear intervenciones pedagógicas adecuadas para que los niños progresen como lectores y productores de textos.

En Forum Infancias nos preocupa sobremanera la reducción de esas dificultades a los concomitantes biológicos de una problemática multidimensional de la escolarización, respecto de la cual las neurociencias pueden, por supuesto, ofrecer formas de comprensión enriquecedoras de las dimensiones biólogicas en juego en la constitución de los pequeños lectores (no solo de los cerebros lectores). Pero estamos ante problemas que involucran la posibilidad de acceso a la cultura escrita a niños de hoy (no solo a cerebros de hoy), que llegan a la escuela con diversas experiencias con la lectura y escritura, bombardeados de tecnologías y publicidades. Niños cuyas subjetividades están traccionadas en una medida mucho mayor por las urgencias del consumo que por los tiempos de la formación ciudadana; niños que llegan saturados de información a configurar, más que como páginas en blanco. Si bien nunca fueron páginas en blanco –una creencia muy arraigada en el pasado–, actualmente son niños que vienen con mucha información y habituados a estímulos visuales rápidos y fuertes.

En este contexto de época, los que llegan a las escuelas no son los niños esperados y, además, las prácticas mismas de lectura y escritura han sufrido grandes transformaciones. Hoy escribimos y leemos textos diferentes y de manera distinta a la pasada, tanto en el papel como en la pantalla. Y este es un tema relevante, porque enfrenta a la institución escolar con el gran desafío de revisar qué se enseña y cómo se enseña a leer y a escribir a niños del siglo XXI, para tender puentes entre lo propuesto por la escuela y las experiencias de vida familiares, sociales y culturales de esos niños.

La escuela tiene la responsabilidad de enfrentar este desafío para no seguir colocando al niño en el lugar del déficit o la patología. Es cierto que hay niños con dificultades reales y severas, pero cuando esto ocurre siempre se da una interacción de factores que pueden ser orgánicos, junto a otros no menos importantes, como los vínculos familiares primarios, la sociabilización, los cambios contextuales, las experiencias escolares, etcétera. Nos preocupa la simplificación de procesos de aprendizajes complejos que se producen en contextos sociales y culturales.

Este libro se propone deconstruir lo que entendemos que son constructos: la dislexia y las DEA (dificultades específicas de aprendizaje).

En los siguientes capítulos, los autores abordan desde perspectivas diferentes esos constructos que subsisten a pesar de los cuestionamientos y plantean la necesidad de una perspectiva desde la complejidad para abordar las dificultades de aprendizaje de cualquier dominio que sea y el rol de la institución educativa en la inclusión de los niños con dificultades de aprendizaje.

Iniciamos nuestro recorrido esperando que se desnaturalicen modos instalados de abordar las dificultades de aprendizaje de los niños, que más que abordajes para la resolución se constituyen en rótulos o etiquetas que cristalizan los supuestos déficits.

En el Capítulo 1, Beatriz Janin aborda el aprendizaje escolar como un efecto complejo de múltiples determinaciones. Desde la constitución misma del deseo de saber –que es el motor de todo aprendizaje– hasta los ideales y las normas que un niño ha incorporado, todos los pasos de la constitución psíquica incidirán en ese efecto. A la vez, la consideración social de ese saber, así como el vínculo del niño con el docente, tendrán consecuencias en el desempeño del niño. Atención, comprensión y apropiación son pasos en la adquisición del conocimiento que no se limita a una simple incorporación de contenidos sino, fundamentalmente, de modos de pensamiento y de apertura de inquietudes. A lo largo del capítulo surgen ejemplos acerca de los diferentes avatares que puede sufrir el aprendizaje, sobre todo el de la lectura y la escritura. Se cuestiona la patologización de las dificultades escolares y la biologización de toda problemática, que dejan a un niño encerrado en un diagnóstico invalidante de por vida.

En el Capítulo 2, Juan Vasen recorre cuatro puntos, fijando posición en cada uno de ellos. En primer lugar, intenta precisar el carácter y uso del término dislexia; en segundo término, aborda la correlación entre las manifestaciones sintomáticas y su base neurobiológica. El tercer punto se ocupa de las implicancias genéticas a considerar y, finalmente, se refiera a las intervenciones posibles y las fuentes de las que derivan y en las que pretenden fundamentarse. Haciendo honor al tema, se tratará de descodificar la dislexia.

En el Capítulo 3, Carmen Fusca, psicopedagoga y especialista en didáctica de la lectura y escritura, se propone en primera instancia hacer visible el largo y silenciado debate sobre el constructo llamado dislexia, las concepciones que lo sustentan y los problemas que ha ido planteando. En segundo lugar, a través del caso de una niña diagnosticada como disléxica va desplegando los problemas subjetivos, vinculares y pedagógicos que quedan ocultos tras esa etiqueta. La autora, ante tanta biologización, rescata el lugar de los factores pedagógicos en el abordaje de las dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura. A la luz de las investigaciones didácticas actuales, subraya que es preciso no minimizar la función de la escuela y de la enseñanza y plantea firmemente que no se trata de un tema médico sino de un desafío pedagógico que la institución educativa no puede eludir.

En el Capítulo 4, Maria Aparecida Affonso Moysés y Cecília Azevedo Lima Collares, reconocidas investigadoras brasileñas que estudian los procesos de patologización de la vida –especialmente, aquellos que afectan a los niños, niñas y adolescentes y el aprendizaje y el comportamiento–, deconstruyen los discursos cientificistas sobre la dislexia, revelando poco a poco la absoluta falta de evidencias científicas de los mismos y cómo se construye un ideario basado en la mistificación y la omisión de datos. Al mismo tiempo, las autoras subrayan la existencia de personas con mayores dificultades para aprender y de otras que aprenden de muy diversas maneras, que deben ser reconocidas, acogidas y atendidas en sus características específicas, a la vez que discuten cómo esas personas y sus familiares son capturados por las etiquetas de discapacidad y de enfermedades no comprobadas por la ciencia médica.

En el Capítulo 5, Mariana Wassner aborda el proceso de construcción de la lengua escrita a partir del relato clínico de un niño con patología psíquica grave. ¿Existen diferencias sustanciales entre un niño que aprende a leer y a escribir según los parámetros esperados por la escuela y quienes presentan otro tipo de situaciones? A lo largo de su trabajo, esta autora desarrolla la idea de que cada proceso de aprendizaje es singular y complejo, y que aun en las situaciones de niños con patologías graves, dicho proceso y la adquisición de la lectura y la escritura particularmente, se leen bajo la conceptualizacion del lenguaje como sistema de representación y no como código de transcripción de imágenes sonoras en gráficas ni de gráficas en sonoras. Esto implica decisiones pedagógicas y didácticas, y una mirada clínico-crítica cuestionadora de los modelos de “entrenamiento”.

En el Capítulo 6, Pablo Bindi recorre el proceso de organización del lenguaje ligado al de la constitución subjetiva, tal como es presentado por el psicoanálisis freudiano. Desde este marco, sitúa los trastornos en el lenguaje como un fenómeno a ser comprendido y abordado a la luz de las historias vinculares y los contextos socioculturales en que ellos acontecen.

En el Capítulo 7, Viviana Malti plantea que, frente a la pregunta sobre si lo “educativo” puede cambiar lo determinado o prefijado, sabemos que la escuela puede interrumpir un destino de fracaso en la vida escolar de un niño. Malti aborda “requisitos” necesarios para que esto suceda, tales como la disponibilidad institucional para alojar, la mirada subjetivante, la confianza en el niño y en la tarea docente, el trabajo conjunto a partir del respeto por la interdisciplina, la propuesta pedagógica adecuada que contemple las distintas formas y tiempos de aprendizaje y la importancia de la formación constante. Estos requisitos son esenciales a la hora de pensar y construir una escuela que aloje la diversidad y permita la construcción de otros caminos posibles.

En el Capítulo 8, Graciela Szyber propone profundizar algunas cuestiones ligadas a la institución educativa y a sus formas de producción y reproducción de subjetividad. Enmarcada dentro de una época, señala la autora, la escuela todavía busca renovadas respuestas a problemas existentes. El capítulo atraviesa cuestiones ligadas a la inclusión educativa como derecho aún no garantizado y a las trayectorias escolares como producto de un entramado de diversos actores en juego. Una mirada que intenta posicionarse desde el paradigma de la complejidad, dejando en evidencia que, en su afán de encontrar respuestas, la institución educativa en ocasiones reduce al otro a una simple etiqueta. Szyber, desde una perspectiva multicausal, interroga a la escuela intentado entender los sentidos de las prácticas actuales.

Esperemos que la lectura de este libro abra puertas de pensamiento, que este pueda ser apropiado por todos aquellos que se dedican a trabajar con niños y adolescentes y que, a la vez, genere nuevos aportes sobre esta temática siempre vigente.